Son siempre las más perjudicadas por el mercado laboral. Muchas se hacen cargo solas de los hijos, tienen trabajos precarios y ganan en promedio 36 por ciento menos que los varones. Cómo afrontan la subida de precios.
María tiene 36 años. Vive en el barrio de Once con sus dos hijos, en una pequeña vivienda que alquila por fuera del mercado inmobiliario formal, inadecuado para una mujer con un nene de 8 meses y una nena de 3 años. Cuando llegó a Buenos Aires procedente del Norte del país, no tenía trabajo regular, y apenas conocía a algún pariente en el Gran Buenos Aires.
Para María la situación es más difícil que para otras mamás ya que ella y uno de sus hijitos viven con VIH. FUNDAMIND, una organización dedicada desde 1990 a brindar herramientas de prevención y tratamiento de esa enfermedad, atiende muchos casos como este y además desarrolla iniciativas que permiten a las mujeres recuperar autoestima, re-insertarse productivamente y brindar un sostén a sus hijos.
“Las condiciones socioeconómicas que impactan cíclicamente de manera negativa en las economías familiares son resistidas estoicamente por las mujeres, quienes fueron, son y continuarán siendo -aun cuando se queden sin ingresos- los pilares de lo organización económica familiar”,sostiene la coordinadora de Programas Comunitarios de esta fundación, Marisa Mujica.
En la zona, una de las más vulnerables socialmente de la Ciudad de Buenos Aires, el caso se multiplica. La comuna 3, donde vive la mayoría de las mujeres que atiende FUNDAMIND, es una de las que carga con mayor porcentaje de trabajo informal (casi el 30 por ciento) y una cuarta parte de los hogares tiene ingresos inferiores al valor de la canasta total de consumo.
En las mujeres el impacto se redobla, explica Mujica: “Trabajar como empleada doméstica en negro, en puestos de venta ambulante bajo el sol y la lluvia, llevando consigo a los niños, colocándolos en un cajón cuando son bebés o cargándolos en la espalda, mirando atentamente hacia todos lados cuando deambulan para no perderlo, pidiendo permiso en los negocios para cambiarles los pañales o llevarlos al baño, aguantar las ganas aunque la vejiga explote porque no se puede dejar de mirar permanentemente la mercadería; se convierten en ley. Los derechos se posponen, para ejercitarlos, tal vez, en mejores oportunidades.”
En contrapartida, los momentos críticos las llevan a buscar permanentemente nuevas salidas: “El ingenio femenino ha desarrollado excelentes políticas caseras de aprovechamiento de recursos y estrategias para lograr los insumos básicos y no dejar vacía la canasta familiar. Cuando las mujeres no logran lo suficiente para alimentar a sus hijos, sus gestos amorosos y los renunciamientos constituyen la trama de sostén de la vida de la familia.”
Juana lleva a su hijo al jardín maternal de la fundación y describe cómo en estos meses se incrementaron las dificultades para afrontar los gastos. “Todos los precios están elevadísimos, los pañales, los yogures para los chicos, son cosas que no podemos recortar. Necesitamos que sean de buena calidad y hay que recorrer mucho para buscar ofertas”.
Sin embargo, destacan desde la institución, ella no deja de pensar en su prójimo y colabora voluntariamente haciendo el test de VIH que se realiza todos los días en la sede de la fundación, en forma gratuita, confidencial y con entrega de resultados inmediatos. “Es un ejemplo a imitar.”
Mientras tanto, por watsapp o a la salida del jardín todas las mamás hablan y se pasan información de dónde está la mejor oferta. “Por la zona hay muchos supermercados, algunos más baratos que otros. A veces hay 50 por ciento de descuento en pañales o 3 x 2 en leches, eso lo difundimos inmediatamente entre nosotras”, comenta Juana.
Si bien recibe ayuda económica del padre del nene, alrededor de la mitad de las mamás tienen que sortear las crisis solas. “La mayoría acá tiene trabajos por hora, para poder mantener la casa y arreglan los horarios con las empleadoras para poder llegar a tiempo para buscar a su hijo en el jardín. Mientras los chicos están en la fundación tenemos la tranquilidad de que algunas también pueden estudiar, hacer las cosas de la casa”.
Ahora también deben abocarse a caminar para resguardar el bolsillo. “Somos las que recorremos, las que buscamos precios”, define. Aunque los útiles y la indumentaria para el jardín son más sencillos que los de la primaria, volver al aula en general representó un 30 por ciento más de inversión que el año pasado para las familias argentinas.
“Nos obligan a hacer magia”
Este escenario, claro está, se repite en muchos otros lugares de Buenos Aires y del país. “La inflación nos obliga a hacer magia para llegar a fin de mes. Pará, vení, bailá por nuestros derechos”, convocó con creatividad a un paro nacional de mujeres la organización Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá).
“La inestabilidad que acarrea el aumento constante del costo de vida en contraste con el estancamiento de los salarios, la creciente precarización laboral, que afecta principalmente a las mujeres, y la naturalización de nuestro rol de cuidadoras y responsables principales de la economía del hogar, nos obligan a hacer magia para poder llegar a fin de mes”, argumentaron.
El embarazo adolescente constituye otra de las grandes dificultades para el acceso al empleo y a la continuidad educativa de las mujeres: cada 5 minutos una mujer menor de 20 años es mamá y, cada 3 horas, lo es una menor de 15.
“En los talleres de Fundamind las hemos visto crecer, tropezar, fortalecerse y dignificarse, alquilar mejor, obtener un crédito para la vivienda, comprar máquinas de coser, reclamar que las pongan en blanco, obtener subsidios para discapacitados de la familia o para ellas mismas, hacer Prevención de VIH en lugares públicos y en nuestra comunidad, traer y mostrar con orgullo el diploma del secundario de sus hijos y la inscripción a la universidad, para que comprobemos los frutos de su esfuerzo y el nuestro, que vale la pena y da sentido a la vida de cada uno de los que hacemos la institución”, concluye Mujica.
ECONOMÍA DEL CUIDADO
“Las mujeres somos necesarias, hoy más que nunca, como trabajadoras y como ciudadanas. A diferencia de otras crisis, en las que también se presionó a las mujeres para retirarse del mercado de trabajo, hoy estamos preparadas para resistir.Muchas familias dependen de los salarios femeninos y, además, las mujeres desempleadas tienen mayor nivel educativo que los hombres desempleados”.
Con esa consigna apuntó una organización feminista contra el tratamiento que los medios masivos y la sociedad en general daban a los géneros en España, en 2009.
El cuadro no es homogéneo pero da una idea de cómo replantear algunas miradas ancladas en roles tradicionales de género, que suelen endurecerse en situaciones socio-económicas delicadas.
Más interesante aun es cómo juegan estos vaivenes en la denominada Economía del Cuidado, una esfera que involucra al trabajo –remunerado y no remunerado- de reproducción social y cuyo tratamiento recién está empezando a penetrar en la elaboración de políticas públicas.
Desde esta óptica, se entiende que las desigualdades de género se originan en la división sexual del trabajo que asigna a las mujeres a la esfera de la reproducción en el ámbito de lo privado y no remunerado y los hombres a la esfera de la producción en el ámbito de lo público y remunerado.
Por caso, los hombres son necesarios más que nunca para arrimar el hombro en las tareas de cuidado y que, a diferencia de otras épocas, ninguna diferencia biológica justifica la exclusión de las mujeres del empleo y del ocio, ni la de los hombres del trabajo doméstico.
“En los 26 años de Fundamind vivimos crisis que aparentemente pueden desmoronar a las que todos los días salen en búsqueda de trabajo o alimentos. Recorren ongs, iglesias, comedores comunitarios, piden en negocios y en la calle, revuelven tachos de basura, deseando encontrar lo adecuado para que sus hijos puedan comer todos los días. Llevar un bocado para sus hijos es su misión cotidiana.Lograr un trabajo estable un sueño preciado”, señaló Mujica.
Las empresas con más mujeres directivas son más rentables pero el 60% de las compañías en el mundo no cuentan con mujeres, de acuerdo con un estudio sobre equidad de género del Instituto Peterson para la Economía Internacional y el Centro de Estudios EY. A nivel europeo, indicaron, Noruega e Islandia son los países con más alta representación femenina en los consejos directivos, mientras que en España, solo el 3% de las empresas tiene una como presidenta o delegada.
La celebración del Día Internacional de la Mujer, cada 8 de marzo, reafirma “la plena participación, en condiciones de igualdad, de la mujer en la vida política, civil, económica, social y cultural”. Se originó en 1914 después de la muerte, tres años antes, de 146 trabajadoras textiles por un incendio en la fábrica a la que eran sometidas a condiciones laborales precarias, en las ciudad de Chicago (Estados Unidos).
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