Los debates ambientales alertan sobre el futuro del planeta, aunque las nuevas generaciones están sufriendo ahora los impactos del deterioro y el cambio climático.
Alrededor de 1000 millones de niños, cerca de la mitad de todos los que habitan el mundo, viven en 33 países clasificados de riesgo climático extremadamente alto.
Sin embargo, ningún país está protegiendo adecuadamente la salud de los niños ni su medio ambiente y su futuro, según un informe dado a conocer meses atrás por la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y la revista científica The Lancet.
“La salud y el futuro de todos los niños y los adolescentes del mundo se encuentran en peligro inmediato a causa de la degradación ecológica, el cambio climático y las prácticas de comercialización explotadoras que empujan a los niños a consumir comida rápida muy procesada, bebidas azucaradas, alcohol y tabaco”, indicó aquel informe, titulado ¿Qué futuro les espera a los niños del mundo?.
Es que a la problemática de la malnutrición y la desnutrición, que atraviesa en distintos grados a chicos de todas las clases sociales, se suman los factores ambientales.
“Los países deben revisar sus enfoques de la salud de los niños y los adolescentes para garantizar que no solo cuidemos de nuestros niños hoy, sino que también protejamos el mundo que heredarán en el futuro”, expresó Helen Clark, por entonces primera ministra de Nueva Zelandia y copresidenta de la Comisión de 40 expertos que elaboró el informe.
Hace pocos días, los presidentes de todo el Mundo culminaron la Convención sobre Cambio Climático (COP26) en Glasgow, Escocia, sin tomar en cuenta esta y otras alertas que penden sobre la calidad de vida de las futuras generaciones. En la víspera de estas jornadas, la directora ejecutiva de Unicef, HenriettaFore, había planteado que debía ser “la COP “de los niños.
De acuerdo con esta oficina de Naciones unidas, en comparación con los adultos, los niños necesitan más alimentos y agua en relación con su peso corporal, son menos capaces de sobrevivir a fenómenos meteorológicos extremos y son más susceptibles a los productos químicos tóxicos, los cambios de temperatura y las enfermedades, entre otros factores.
“Las generaciones actuales y futuras de niños tendrán que navegar por un futuro incierto en el que el actual modelo de crecimiento que vincula el desarrollo económico con la explotación medioambiental ya no es viable”, alertó Unicef.
Al mismo tiempo, señaló la falta de atención por parte de los líderes globales a la voz de niños y adolescentes. En otras palabras, toda lucha contra el cambio climático y la construcción de un mundo ambientalmente sostenible debe incluir sí o sí la participación de las nuevas generaciones.
“Los niños y los jóvenes están insuficientemente representados en la toma de decisiones y en los debates políticos, a pesar de ser la principal parte interesada en sus resultados. Por lo tanto, se les está limitados su capacidad de influir en unas decisiones que son fundamentales para su futuro”, sostiene Unicef que, a su vez, reclama a los gobiernos “impartir educación climática a los niños y jóvenes para que éstos puedan contribuir y participar de forma significativa en la política y la acción climática”.
CIFRAS
- Casi todos los niños del mundo están expuestos, al menos un peligro relacionado con el clima y el medioambiente, como las olas de calor, los ciclones, la contaminación del aire, las inundaciones y la escasez de agua.
- Aproximadamente 1000 millones de niños -casi la mitad de los niños del mundo- viven en 33 países clasificados de «riesgo (climático) extremadamente alto», es decir, están expuestos a múltiples perturbaciones climáticas y medioambientales junto a una alta vulnerabilidad debida a la insuficiencia de servicios esenciales, como el agua y el saneamiento, la atención sanitaria y la educación.
- Unos 850 millones de niños viven en zonas en las que se combinan al menos cuatro alteraciones climáticas y medioambientales, y unos 330 millones de niños viven en zonas afectadas por cinco grandes perturbaciones climáticas.
- Los niños de los países que menos contribuyen al cambio climático sufren las mayores consecuencias.
- Esto es: los 33 países en situación de riesgo climático elevado producen colectivamente el 9% de las emisiones de CO2, mientras que en los 10 países con mayor exposición medioambiental solo emanan el 0,5% de las emisiones mundiales
- El acceso a servicios adaptables de agua, saneamiento e higiene reduce los riesgos para 415 millones de niños.
- Los servicios sanitarios respetuosos con el clima disminuyen los riesgos para 460 millones de niños.
- Las escuelas y los sistemas educativos resistentes reducen los riesgos para 275 millones de niños
- Y las redes de seguridad social adaptadas al clima aminoran los riesgos para 310 millones de niños.
Fuente: Unicef
Estudio revela impacto positivo de espacios verdes en la primera infancia
La exposición a espacios verdes, como bosques, árboles en las calles, parques y jardines, tiene un efecto positivo en el desarrollo de la primera infancia y puede ayudar a los niños a alcanzar los hitos esperados de aprendizaje y desarrollo cognitivo, reveló un estudio reciente de la Universidad de Columbia Británica (UBC).
“Los esfuerzos de planificación urbana para aumentar los espacios verdes en los barrios residenciales y alrededor de las escuelas son beneficiosos para el desarrollo de la primera infancia, con posibles beneficios para la salud a lo largo de la vida”, señaló la autora principal del estudio e investigadora asociada de la UBC, Matilda Van den Bosch.
Fuerte déficit en CABA
La Ciudad de Buenos Aires tiene 5,13 metros cuadrados verdes por habitante, un tercio de los que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), con una fuerte desigualdad en su distribución territorial. Por caso, la comuna 3 (Balvanera y San Cristóbal) cuenta con 4,92 m2/h; la 5 (Almagro y Boedo), 1,92 m2/h; y la 1 (Puerto Madero, Retiro, San Nicolás, Monserrat, Constitución y San Telmo), 18,5 m2/h.