Mientras comienza a rodar la pelota en Qatar, este 20 de noviembre se conmemoran 33 años de la Convención sobre los Derechos del Niño, el tratado internacional más ratificado de la historia.
Dice el documento que los Estados deben “desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del niño hasta el máximo de sus posibilidades”. Sin embargo, los niveles de pobreza que afectan a la infancia impactan de lleno en cada uno de los derechos que debería tener garantizada esa población.
En nuestro país, más de la mitad de los chicos viven en esa situación. De acuerdo con cifras oficiales, cuatro de cada diez personas que sufren indigencia son menores de 14 años. A nivel mundial, uno de cada seis chicos vive en la pobreza extrema.
Problemas de salud, vinculados a la mala alimentación o al ambiente, altas tasas de abandono escolar, violencia intra-hogar y otras problemáticas completan el panorama en el cual los derechos de la niñez están, en la práctica, muy lejos de la letra de la Convención.
A las consecuencias más inmediatas de la pobreza se suman otras menos visibles pero también preocupantes, que impiden a los chicos tener un mejor bienestar. Las dificultades para el deporte, por ejemplo, son notorias en un país en el cual uno de cada muchos logra superar la barrera de la pobreza e insertarse en niveles competitivos.
No hace falta decir que el jugador de fútbol más grande de todos los tiempos nació en una villa del conurbano. Pero lo cierto es que en el país de los potreros en los barrios cada vez se detectan más casos de malnutrición, incluso en aquellos que llegan a las inferiores de clubes profesionales.
Así lo informó el periodista Nicolás Turdera, en el diario Perfil, semanas atrás. Respalda la información un informe de la Universidad Católica Argentina según el cual las oportunidades de socialización y formación en el deporte son escasas para más del 60% de los niños y el 80% de los adolescentes.
Consultado para esa nota, Santiago Rodríguez, coordinador de inferiores de Independiente, sentenció: “La mala nutrición en edades tempranas deja secuelas irreversibles. Hoy hay familias que no comen y que no se educan. A eso sumale la crisis social y económica que genera una presión desmedida de los padres hacia los chicos, producto de querer salvarse con el chico”.
En FUNDAMIND, como otras tantas organizaciones de la comunidad que asisten a la infancia más vulnerable, se ven de primera mano las dificultades provocadas por la situación de pobreza que afecta cada vez más a los chicos.
Sin embargo, en el Centro de Primera Infancia de FUNDAMIND se garantiza diariamente el derecho a la educación, la salud, la alimentación y el juego con los chicos.
En FUNDAMIND tenemos un abordaje integral del niño y su familia. Niños de 6 meses en adelante asisten de lunes a viernes durante 8 horas, y no solo reciben las tres comidas diarias, sino que también participan de distintas actividades socioeducativas, recreativas, lúdicas y de expresión corporal y se trabaja con sus familias, los distintos emergentes familiares y del desarrollo personal del niño.
Otra línea de acción es la vinculación con entidades deportivas que colaboran con FUNDAMIND como el Club River Plate y deportistas de elite como Vilas, Clerc, Nalbadian, Del Potro, Paola Suarez y hasta los mismos astros e ídolos mundiales del Fútbol como Diego Maradona y Lionel Messi, que en distintas ocasiones se sumaron a la convocatoria de FUNDAMIND para apoyar los derechos y la vida de los niños más vulnerables.
Clave para el bienestar y la inclusión
Un informe de Unicef encargado por la Fundación del F. C. Barcelona concluyó que el deporte contribuye al bienestar general de los niños pero requiere unas determinadas directrices para que no ahonde en las desigualdades.
«En los países de ingresos altos, la evidencia indica un vinculo positivo entre el deporte y el rendimiento académico, mientras que en otras regiones sugiere que no hay una mejora en los resultados educativos».
«Los deportes de equipo que se apoyan en relaciones de afecto ayudan a empoderar a los niños y a que estos desarrollen una imagen positiva de sí mismos y se motiven gracias al dominio de una modalidad deportiva”, aportó el estudio.
El relevamiento incluyó experiencias como la del equipo de rugby venezolano Santa Teresa, un ejemplo de rehabilitación de delincuentes y regeneración social único en el mundo; el proyecto Mysa, que lleva desde 1937 promoviendo asuntos como limpieza de las calles, prevención del VIH y apoyo a niños encarcelados en uno de los mayores suburbios de África, en Kenia; y Amandla, una asociación sudafricana que crea espacios seguros para que todos los chavales tengan la oportunidad de practicar deporte.
El deporte y su compromiso con la infancia más necesitada
En una muestra de que fueron, son y serán siempre los más grandes, tanto Diego Maradona como Leo Messi pusieron su granito de arena para colaborar con FUNDAMIND y siempre les estaremos agradecidos por lo que nos dieron adentro de la cancha pero también por lo que dieron afuera.
Diego apoyo a FUNDAMIND en distintas oportunidades. Algunas de las más notorias fue desde su programa televisivo LA NOCHE DEL 10, donde una parte del dinero recaudado por las subastas de las 10 obras donadas por celebrities, fue donado a FUNDAMIND.
La Pulga, a través de su Fundación Leo Messi, también reconoció la trayectoria y obra de FUNDAMIND, en una cena de gala donde se entrego al presidente de FUNDAMIND una estatuilla.
Programa oficial
El Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación lanzó el año pasado el Programa de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en Ámbitos deportivos. El Club me Cuida es una iniciativa que busca fortalecer el rol de los clubes y entidades deportivas de todo el país como parte del Sistema de Protección Integral de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y sensibilizar sobre la temática.
El Programa ofrece distintas modalidades de capacitación, recursos y materiales para el trabajo en las instituciones, y recomendaciones para incorporar y/o fortalecer la perspectiva de derechos en el trabajo con niños, niñas y adolescentes. Todo con el objetivo de redundar en una práctica deportiva que les permita crecer en un entorno con la debida protección.