Datos oficiales indican que las adopciones cayeron un 62% en cinco años. Ese no es el único problema. Dentro de universo de los chicos que pueden ser adoptados, están cada vez más rezagados aquellos más grandes y los que tienen alguna enfermedad o discapacidad, advierten desde el Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de CABA. FUNDAMIND propone poner énfasis en el fortalecimiento y apoyo de las capacidades y habilidades propias de cada chico (artísticas, intelectuales, deportivas, etc), de manera de dar a conocer y poner en primer plano las virtudes y talentos que cada niño institucionalizado posee -y necesita descubrir- y comunicar a toda la sociedad, en el marco de su derecho a tener una familia.
Adoptó por primera vez, en 1990, un niño con VIH. Se llamaba Emanuel y tenía 27 días cuando -por la muerte de su madre- fue destinado judicialmente al cuidado de Silvia y su familia.
Pasaron tres años y ningún familiar reclamó por el niño. Silvia, su esposo y sus tres hijos estuvieron disponibles para todos los cuidados que requirió, le proporcionaron lo mejor en lo vincular y en lo material. Fueron la familia que el niño necesitaba.
Luego de la adopción definitiva, pasaron ocho años que no fueron fáciles. Lamentablemente, el cuerpito de Emanuel no soportó los efectos que le produjo la infección por VIH y murió.
El inmenso dolor provocado en Silvia y su entorno no los inmovilizaron. Decidieron fundar un hogar y crearon Casa Manu -cuya sigla significa Mucho Amor Nos Une– único hogar en el conurbano bonaerense que alberga a niños y niñas de mamás con VIH.
¿Qué hay detrás de la decisión de adoptar? ¿Por qué cada vez menos familias lo hacen? ¿Qué pasa con los niños en condiciones de ser adoptados a medida que crecen sin una familia?
Consultamos a Germán Onco, presidente del Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de CABA, quien identifica tres causas de la disminución de familias que se anotan en los registros de adopción: el acceso a técnicas de reproducción asistida, el aborto y razones socioeconómicas.
“Las familias vienen buscando otras alternativas a la adopción, esto pasa incluso a nivel internacional. Muchas directamente desisten por el costo que conlleva hoy en día la crianza”, señala.
En concreto, las inscripciones para adoptar cayeron un 62% en cinco años. Ese no es el único problema. Dentro de universo de los chicos que pueden ser adoptados, están cada vez más rezagados aquellos más grandes y los que tienen alguna enfermedad o discapacidad.
En efecto, el 85% de los solicitantes están dispuestos a adoptar desde bebés hasta niños y niñas de no más de 3 años, y menos del 10% aceptarían niños de 9 años o más. Además, apenas el 14% de los solicitantes están disponibles para que llegue a su familia un chico con alguna enfermedad o discapacidad, como fue el caso ejemplar de Silvia.
“Está en nuestra responsabilidad revertir esta situación. Hay muchos chicos, sobre todo mayores de 8 años e incluso adolescentes, que están esperando ser parte de una familia y vivir en un hogar con esa familia”, alienta Onco. El presidente del CDNNyA apuesta a que se pueda revertir la tendencia decreciente en la inscripción de familias dispuestas a adoptar: “Tenemos que tratar de garantizarlo entre todos los actores del sistema, incluyendo las ong. Todo lo que estamos haciendo hasta ahora no alcanza. Tenemos que redoblar esfuerzos y ser más creativos a la hora de impulsar iniciativas conjuntas que garanticen los derechos de estos chicos”.
El Consejo que preside está a cargo del Registro Único Aspirante Guarda con Fines Adoptivo (RUAGA) en la Ciudad de Buenos Aires (creado por Ley Nº 1417 – CABA). Cada jurisdicción tiene un registro similar propio, además del que existe a nivel nacional.
El objetivo de estos registros es evaluar a los postulantes a guarda con fines adoptivos a través de una serie de trámites que se pueden realizar de manera virtual, aunque el proceso incluye encuentros presenciales y, en caso de prosperar, un paulatino conocimiento entre los chicos y los adultos.
«Se realiza un trabajo muy importante con el hogar, con la asistente social, con la gente de RUAGA a cargo del proceso. Con los chicos primero nos encontramos en una plaza, jugamos un rato con ellos. Después conocieron a su hermanita, otro día fuimos todos a tomar un helado, después vinieron a jugar a casa… un día nos fuimos de vacaciones y ya no volvieron más al hogar.”
El relato de Mauricio resume cómo se dio el acercamiento de él y su pareja, Vanesa, a tres hermanitos –de 6, 8 y 10 años- que hoy son su familia, junto con otra nena, adoptada previamente.
“Para todos es habituarse a vivir en una familia diferente. Con distintas formas y costumbres, cambios de roles, de las personas que vemos todos los días”, comenta Vanesa. “Te lo cuentan hasta que lo vivís. Uno no puede imaginar lo que es el sentimiento de amor a un hijo. Es algo distinto a todo.”
Formalmente, el proceso se inicia con la inscripción de las personas interesadas en un encuentro informativo obligatorio que consta de una ¨charla informativa¨ en tres etapas y luego se convoca a los aspirantes a cargar información en el RUAGA, tras lo cual un equipo interdisciplinario evalúa el proyecto adoptivo del aspirante guarda interés. “Concluida la evaluación, se le notifica la evaluación o no, lo que se documenta en una disposición que efectiviza su incorporación a la nómina del RUAGA”, nos comenta Lorena Tomatis, colaboradora del Presidente del Consejo NNA de CABA. Tras su admisión, hay talleres optativos de ¨Espera Activa¨ para trabajar ese proceso/periodo hasta ser llamado.
Ese proceso evaluativo puede durar de dos a seis meses. Durante el 2023, en CABA, el área de búsqueda de legajos trabajó con 98 expedientes judiciales para buscar familia a 142 niños, niñas o adolescentes en situación de adoptabilidad. Durante el mismo año se llevaron a cabo procesos de convocatoria pública para 156 chicos (Anuario CDNNyA 2023).
Uno de los requisitos para poder adoptar es tener 25 años o más, residencia permanentemente en el país y ser 16 años mayor al chico que se busca adoptar. La adopción puede ser unipersonal o de pareja, siempre que los postulantes se encuentren casados o hayan registrado una unión civil-convivencial. Otro de los requisitos es encontrarse inscripto en el RUAGA local de Aspirantes.
Lorena Tomatis agrega que “es necesario contar con un proyecto de familia, el que contempla amor, voluntad, capacidad parental y posibilidad de cubrir las necesidades básicas socioeconómicas. Esto se evalúa en entrevistas con el equipo especializado del RUAGA”.
Asimismo, cabe señalar que existen 8 hogares dependientes y financiados por el CDNNyA de CABA y hay 78 familias admitidas en el SAFT (sistema acogimiento familiar transitorio), que acogen a los niños menores de 18 años con el objetivo de re vincular a su familia de origen o dar en adopción a una familia adoptante. De 0 a 3 años de edad, se da prioridad de alojamiento en familias de Acogimiento (dependiendo de su disponibilidad) que reciben un subsidio para criar a ese niño/a por un periodo determinado.
Además, existe otros dos Programas: El PAE (Programa de A de Acompañamiento al Egreso) que los acompaña ya desde los 13 años. Al egreso, con 18 cumplidos y egresados del dispositivo de cuidado formal, les brinda una asignación económica mensual. Los adolescentes que cumplen la mayoría de edad y tienen autonomía pueden vivir en las casas de egreso. El CDNNyA tiene tres bajo su órbita: Casa Joven, Resilientes y Casa Puente.
Y el Programa MI LUGAR es para aquellos niños, niñas y adolescentes hasta los 17 años que se encuentren institucionalizados en los Hogares Convivenciales de la CABA. Consiste en que los chicos puedan iniciar una convivencia sostenida con un adulto referente afectivo, que les posibilite el egreso del dispositivo de alojamiento.
¿CÓMO ADOPTAR EN CIUDAD DE BUENOS AIRES?
Mirada de FUNDAMIND
Desde la mirada de FUNDAMIND, ong que nació en 1990 con la misión de proteger y promover los derechos de los niños -especialmente, aquellos afectados por el VIH- y hoy gestiona un Centro de Primera Infancia (CPI) con 200 niños en doble jornada, las personas que adoptaron y las que desean adoptar un niño han vivido situaciones y procesos diferentes.
Tienen distintos recursos y características de personalidad propias. Lo que poseen en común es la capacidad de amar un niño que fue engendrado por otros padres que no tuvieron la suerte de participar de la vida de sus hijos.
Marisa Mujica, psicóloga y Directora sociocomunitaria de FUNDAMIND, comenta que “en un contexto actual económico de crisis y carencias económicas y con un alto índice de pobreza e indigencia, se acrecientan las situaciones de vulnerabilidad de los niños y también disminuyen la demanda de las familias que desean adoptar, por las carencias económicas que son un gran obstáculo para sostener su proyecto de adopción. Les sobra Amor pero le faltan recursos para incluir un nuevo integrante familiar.
Con lo cual, compartimos con el presidente del CDNNYA, Germán Onco, la propuesta de duplicar esfuerzos y dar respuestas nuevas y creativas al problema del descenso de las adopciones.
Desde FUNDAMIND, la Lic. Marisa Mujica cree y propone que, por un lado el Estado debe visibilizar la temática y dar apoyo económico a esas familias que pretenden adoptar pero tienen escasos recursos económicos para hacerlo, y por otro lado poner énfasis en el fortalecimiento y apoyo de las capacidades y habilidades propias de cada chico (artísticas, intelectuales, deportivas, etc), de manera de dar a conocer y poner en primer plano las virtudes y talentos que cada niño institucionalizado posee y necesita descubrir y comunicar a toda la sociedad, en el marco de su ¨derecho a tener una familia¨ que lo respete, ame y facilite sus procesos de crecimiento y desarrollo, para que sean protagonistas y no víctimas de un sistema que lo excluyó y marginó.
Una jueza autorizó la adopción de una chica aunque se oponía el padre biológico
La Justicia santafesina escuchó el insistente pedido de una joven para ser adoptada por la pareja de su madre, a pesar de que su padre biológico se opusiera a días de concretarse el fallo, informaron medios locales. La jueza Alicia Galetto hizo caso omiso al rechazo y otorgó la adopción integrativa. “No es común en una mayor llevar a cabo este proceso, pero el código, a partir de 2015, lo permite. Son decisiones para regularizar un derecho que en los hechos ya se da”, dijo al diario La Capital la abogada Alicia Colazo, auspiciante de la adoptada y el adoptante. |
Normativa Vigente – LEY N° 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación
La adopción es una institución jurídica que tiene por objeto proteger el derecho de niños, niñas y adolescentes a vivir y desarrollarse en una familia que le procure los cuidados tendientes a satisfacer sus necesidades afectivas y materiales, cuando éstos no le pueden ser proporcionados por su familia de origen. (Art. 594).
La adopción se rige por los siguientes principios: a) el interés superior del niño; b) el respeto por el derecho a la identidad; c) el agotamiento de las posibilidades de permanencia en la familia de origen o ampliada; d) la preservación de los vínculos fraternos, priorizándose la adopción de grupos de hermanos en la misma familia adoptiva o, en su defecto, el mantenimiento de vínculos jurídicos entre los hermanos, excepto razones debidamente fundadas; e) el derecho a conocer los orígenes; f) el derecho del niño, niña o adolescente a ser oído y a que su opinión sea tenida en cuenta según su edad y grado de madurez, siendo obligatorio requerir su consentimiento a partir de los diez años (art. 595)