Este año, en el día en que todo el mundo conmemora la lucha contra el VIH late de fondo otro combate, el que la humanidad está emprendiendo contrarreloj frente al coronavirus que desató la pandemia conocida como Covid-19.
Para las organizaciones como FUNDAMIND, que hace treinta años llevan adelante acciones y campañas para sensibilizar y prevenir el VIH/Sida, sobre todo en la primera infancia, es claro que ninguna transmisión de un virus mortal puede frenarse sin solidaridad y sin responsabilidad.
Por eso, este año es atinado el lema propuesto por la oficina de la ONU dedicada a este tema, Onusida: Solidaridad mundial, responsabilidad compartida. En todo el planeta, aún hay 13 millones millones de niños, mujeres y hombres que viven con el VIH y que no están siguiendo una terapia antirretrovírica. Unos 1,7 millones se infectaron el año pasado por no tener acceso siquiera a los servicios básicos.
En nuestro país, de acuerdo con las últimas cifras oficiales disponibles, son diagnosticadas 17 personas con VIH cada día. Unas 140 mil personas viven con él y el 17 por ciento no lo sabe.
Según ONUSIDA, la pandemia “ha puesto sobre la mesa una vez más que la salud se interrelaciona directamente con otros problemas fundamentales, tales como la reducción de la desigualdad, los derechos humanos, la igualdad de género, la protección social y el crecimiento económico”.
Efectivamente, si bien este 2020 ha sido negativo en líneas generales para la gran mayoría de las personas, las familias más desfavorecidas han sufrido un impacto mucho mayor en términos sanitarios y económicos.
FUNDAMIND sigue asistiendo con bolsones de alimentos a las familias de los 300 niños vulnerables que concurren a su Centro de Primera Infancia (CPI) y mantiene conectados a los chicos con las actividades del jardín a través de dispositivos móviles u otras modalidades, ya que muchos carecen de conectividad y viven en situaciones muy precarias, lejos de la prevención. Hay hogares comandados solamente por mujeres jóvenes, que se sostienen con las ayudas del Estado y de las organizaciones como FUNDAMIND. Y aún, así no alcanza.
ONUSIDA propone que “para acabar con las pandemias del VIH y de la COVID-19, coincidentes en el tiempo, es clave eliminar el estigma y la discriminación, poner a las personas en el centro de la pandemia, basar nuestras respuestas en los derechos humanos y adoptar enfoques con perspectiva de género”.
La oficina de Naciones unidas reconoció que “el liderazgo y el compromiso de las comunidades, instrumentos fundamentales para lograr la victoria en la respuesta al sida, también están siendo cruciales para responder a la Covid-19”.
Al mismo tiempo, advirtió que “dicha solidaridad no puede ser responsabilidad exclusiva de las comunidades. Los Gobiernos, los donantes, los líderes de fe, la sociedad civil y todos y cada uno de nosotros hemos de contribuir para hacer del mundo un lugar más sano”.
FUNDAMIND ha realizado a lo largo de los años muchas campañas preventivas de alto impacto, con personalidades y figuras del deporte y la cultura, con el respaldo de empresas y gobiernos y con el compromiso de voluntarios y voluntarias que salieron a la calle a hacer el test rápido, gratuito y confidencial.
Este año, el Covid-19 está dominando la escena y por eso, junto con la entrega de alimentos, se ofreció a las familias el test que realiza el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Más de 50 personas se hicieron la prueba. Asimismo, en la sede de FUNDAMIND -ubicada en 24 de Noviembre 142- de CABA, también se pueden realizar el test rápido, confidencial y anónimo, para detectar anticuerpos frente al VIH, de manera absolutamente gratuita.
Si bien son virus son diferentes y también lo son las formas de transmisión, las enseñanzas que deja la lucha contra el VIH pueden servir en el combate al coronavirus y, a su vez, completar el avance contra el VIH depende en gran parte de si el mundo post-pandemia será más o menos desigual que este.
Por otro lado, existe una interrelación directa en cómo afecta un virus al que ya venían portando el otro. Los datos indican que la pandemia puede provocar entre 123 mil y 293 mil nuevas infecciones por VIH adicionales y entre 69 mil y 148 mil muertes adicionales entre 2020 y 2022.
Para 2025 ONUSIDA espera que haya una cobertura del 95% para cada subpoblación de personas que viven con el VIH y que tienen mayor riesgo de infectarse del VIH. A su vez, apunta a que menos de un 10 % de los países tenga leyes y políticas punitivas, menos de un 10 % de las personas que viven con el VIH o están afectadas por el virus sufra el estigma y la discriminación, y menos de un 10 % sea víctima de la desigualdad de género y la violencia.
NUEVO ESCENARIO, CON DESAFÍOS PENDIENTES EN ARGENTINA
- Retomar el seguimiento clínico y controles de laboratorio de las personas que viven con VIH, que durante el periodo de pandemia dejaron de realizarlos.
- Fortalecer el acceso a la prevención y el trabajo de las organizaciones comunitarias, a través de sus centros de testeos para un mejor diagnóstico temprano, consejería, entrega de materiales preventivos y condones, desde una perspectiva de derechos humanos y reducción del estigma y la discriminación.
- Fortalecer el trabajo en la transmisión vertical, a sabiendas también de que en el marco de la pandemia hubo menos controles en las personas gestantes.
- Incorporar además de Salud otras aéreas de gobierno como Desarrollo Social, Justicia, Trabajo y Derechos Humanos, entre otras.
- Mejorar la planificación de las compras de medicamentos antivirales –y su distribución– para no llegar a situaciones de quiebre de stock. Hace varios años que hay demoras y la pandemia complejizó todo aún más.
- En septiembre se presentó por tercera vez una modificación a la ley pionera de VIH, la número 23.798, sancionada en 1990. La importancia de la modificación de la actual ley radica en el hecho de que es preciso cambiar profundamente el paradigma vigente para verlo desde una perspectiva de derechos humanos.
- Acceso prioritario para las personas que viven con VIH a la vacunación contra el COVID.
TESTIMONIO
“Somos 70 .000 personas que necesitamos atención integral para el VIH en Argentina” En las comunidades del interior del país por la crisis del Covid19 recibimos como consecuencia una disminución en los servicios integrales destinados a personas con VIH, ya sea atención médica, psicológica y servicios sociales esenciales. Los hospitales redujeron la entrega de turnos o cerraron por completo la atención médica a personas con VIH ya que los infectologxs / inmunólogxs / medicxs fueron destinados a mitigar la crisis sanitaria. Esto también afecto a los servicios de detección de VIH y otras ITS atacando nuestra herramienta más eficaz para el control que es el “diagnóstico y tratamiento oportuno”. También las personas que viven con VIH han estado evitando los hospitales/ clínicas/centros de salud por temor a ser expuestos a Covid-19. Por todo esto necesitamos que los servicios de salud pública provinciales se reorganicen respetando los protocolos para garantizar el acceso integral a la salud de la comunidad de personas con VIH, teniendo en cuenta que nuestro colectivo está integrado por personas que tenemos 1 ,2 o 3 factores de riesgo y nos dejan expuesto a contagiar de covid y padecer sus consecuencias.”
Estela Carrizo – Red de Personas que viven con VIH (Mar del Plata).