Primero los Niños II

La epidemia de VIH/SIDA es considerada como una de las más destructivas de la historia.

En 2008, se estima que 40 millones de personas viven con VIH en el mundo, de los cuales 2,65 millones de ellas son menores de 15 años de edad.

Cada día , en el mundo, mueren por causas relacionadas con el sida, unos 1400 niños y niñas menores de 15 años y 15 millones han quedado huérfanos a causa del virus.

En América Latina y el Caribe, 55.000 niños y niñas menores de 15 años y unos 400.000 jóvenes (entre 15 y 24 años) viven con el VIH/SIDA. Muchos de ellos carecen de las habilidades, apoyo o medios necesarios para adoptar conductas saludables.

En la Argentina, se estima que 140.000 personas viven con VIH/SIDA; entre ellas, se considera que el 50% desconoce su situación. De ellos, 7941 niños y adolescentes menores de 19 años fueron infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) desde que se declaró la epidemia hasta el 2010.

Las razones por las cuales los niños, niñas y adolescentes pueden ser afectados por VIH/SIDA son varias: pueden haber adquirido la enfermedad en el período perinatal (embarazo, parto y lactancia); haberse infectado por vía sexual en la adolescencia; tener familiares seropositivos imposibilitados de brindar a los niños los cuidados que requieren, por estar ocupados en su propia sobrevivencia: o haber quedado huérfanos de padres a causa de esta enfermedad (Unaids-Unicef -Usaid, 2004).

Pero no solo es el VIH, la razón de que los niños se encuentren en una situación tan frágil. La pobreza extrema, el hambre, las dificultades de acceso al sistema sanitario, como así también a la educación, la explotación infantil y el comercio sexual a temprana edad son sólo algunas de las situaciones que deben enfrentarse si queremos darle una esperanza a las futuras generaciones. La desnutrición y la falta de educación condenan a la reproducción de las condiciones de pobreza, incrementando a su vez las posibilidades de contraer enfermedades graves, entre las que se encuentra el VIH.

La discriminación es el principal desafío que enfrentan niños, adolescentes y adultos infectados. Si ésta logra sortearse, tendrán mejores posibilidades; no sólo de sobrevivir, sino de llevar adelante una vida activa y realizar sus sueños.

FUNDAMIND, con el apoyo de distintos aliados estratégicos, buscan dar visibilidad a la situación de los niños, niñas y adolescentes afectados e infectados por el VIH, así como a las respuestas sociales e institucionales para hacer frente al impacto devastador que tiene la epidemia sobre sus vidas.
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