Por cuestiones biológicas o sociales, muchas mujeres se enfrentan solas a la maternidad. Cada vez más lo hacen por elección, con casos resonantes de famosas que empujan al resto. ¿Pueden todas hacerlo? ¿Qué ocurre cuando ese fruto tan deseado en la pareja no se puede concretar?
“Nada me hubiese gustado más que llevar en mi propio vientre a la hija del hombre que amaba, pero el fin de la relación era inevitable. Me imaginaba embarazada, sola y sufriendo por ese amor.” Le pasó a Luciana Salazar pero es una situación que encuentra encerradas a cada vez más mujeres.
Según contó a mediados de este año, su última pareja Martín Redrado “se sentía tironeado” por sus hijas de anterior matrimonio quienes “no querían hermanitos”. Ella tuvo la posibilidad de dar una vuelta de página a esa frustración ¿Pueden todas las mujeres hacerlo? ¿Es feliz tener un hijo sola? ¿Qué ocurre cuando ese fruto tan deseado en la pareja no se puede concretar?
Las controversias no están ausentes en los casos de famosas, como el de Salazar y el de la actriz Juana Repetto, quien festejó el 14 de agosto el primer año de Toribio. Cuando contó públicamente que iba a gestarlo sola, hubo asombro, admiración y críticas. Su caso es exponente de veinteañeras que recurren a un banco de semen y a una clínica de fertilización asistida para tener su primer hijo. Ella respaldó su decisión en el “deseo de ser madre” y agregó: “Las mujeres me piden a gritos información”.
Este ejemplo reveló otra cuestión compleja a la hora de tomar una decisión de estas características. Se trata de la identidad del donante. Repetto contó que decidió a través de la modalidad de Identidad Abierta, según la cual los donantes firman el acuerdo para que el niño tenga el derecho a conocer su identidad a partir de los 18 años.
El nuevo Código Civil y Comercial, en tanto, introduce la “voluntad procreacional”, es decir que la paternidad en este caso no se refiere únicamente a lo biológico sino que puede considerarse progenitor a quien haya consentido esa voluntad. En ese marco, son accesibles de forma irrestricta los datos genéticos o de salud sobre el donante y el nombre, apellido y otros datos suyos, mediante una petición judicial.
A diferencia de Repetto, el método utilizado por Salazar -al igual que Flavio Mendoza, Marley, Florencia de la V y Marisa Brel- es la subrogación de vientre, esto es colocar sus óvulos o esperma según corresponda en un vientre ajeno. Tanto en uno como en otro caso la mayoría son mujeres que se encuentran cerca de los 40 y sin una pareja consolidada aunque, según los especialistas que atienden estos casos, está creciendo el número de otras más jóvenes que deciden encarar de entrada la maternidad solas.
“En primer lugar se evalúa su fertilidad, sobre todo en relación con su edad y su historial médico. A partir de ahí se sabrá qué tipo de tratamiento es más acorde a su situación, puede ir desde hacer una inseminación con banco de esperma (incluso puede ser sin estimulación ovárica) hasta un tratamiento de alta complejidad donde también se necesiten óvulos donados”, explicó al medio Infobae el doctor Sergio Pasqualini, director científico de Halitus Instituto Médico.
Ahora bien, no solamente se trata de una cuestión médica. De hecho, a la hora de iniciar el tratamiento se ponen sobre la mesa las cinrcunstancias emocionales y el ámbito de contención social de la mujer. El hecho de no tener una pareja al lado no implica que no pueda hacerse cargo de la maternidad pero sin dudas es clave que existan familiares y amigas en quienes apoyarse.
Después viene otra inquietud, cómo transmitir a un hijo que fue concebido sin padre. Lo cierto es que no hay manual para hacerlo pero lo indicado es poder transmitir que esa gestación fue profundamente deseada y que la forma es tan válida como otras.
“Lo que garantiza la aceptación, por parte del niño, de haber sido concebido de manera diferente es el trato amoroso de su madre y la pareja que tenga o pueda llegar a tener. Si las personas vinculadas a la madre sostienen vínculos positivamente afectivos con ella y el niño, la manera de ser concebido no es cuestionada por el hijo”, explica la psicóloga Marisa Mujica, coordinadora del área socio-comunitaria de FUNDAMIND.
En ese Centro de Primera Infancia concurren 300 niños y niñas de 2 y 3 años diariamente, muchos de ellos hijos de madres solteras aunque en otras circunstancias. “La adopción por parte de mujeres solas también es un acto de amor que supera el sentimiento narcisista de vernos reflejadas físicamente en nuestros hijos. Lo que la madre sola adoptante valora es el amor que puede transmitir á un niño que no tuvo la posibilidad de vivir junto a su madre biológica.”
En definitiva, para Mujica, “todas podemos tener un hijo solas si tenemos la decisión -conciente o inconciente- de ser madres. La mujer que embaraza sin haberlo planificado generalmente es ganada por el sentimiento natural de ser madre y continúa su vida con el hijo, venciendo dificultades económicas, pidiendo ayuda, sufriendo a veces por no poder brindarle todo lo su hijo necesita”.
La sanción de la Ley de Fertilización Asistida, en junio de 2013, representó un derecho ganado para muchas parejas heterosexuales en las cuales uno de los dos integrantes era estéril pero también significó un empujón hacia adelante para las mujeres que tenían la voluntad de formar una familia monoparental o bien parejas homosexualescn deseos de tener un hijo.
En su primer artículo, la norma garantiza “el acceso integral a los procedimientos y técnicas médico-asistenciales de reproducción médicamente asistida”. Para eso fue incluida en el Programa Médico Obligatorio (PMO) que deben brindar obras sociales y prepagas.
Ellos también quieren hacerlo
Si los de Luciana Salazar o Juana Repetto son casos resonantes entre las familias monoparentales gestadas por mujeres, se pueden encontrar también otros encabezados por varones. El que lo intentó este año y fue noticia es Flavio Mendoza, por cierto, padrino de FUNDAMIND.
Su cariño, responsabilidad y apego hacia los niños quedó demostrado cuando eligió bailar por el sueño de ayudar a esta fundación que atiende diariamente a 300 niños y niñas afectados por la pobreza y el VIH, así como en asiduas visitas que realiza al Centro de Primera Infancia que lleva adelante la fundación en el barrio porteño de Balvanera.
Lamentablemente la mujer a la cual le alquiló el vientre no pudo recibir de forma satisfactoria la transferencia del embrión, por lo que el primer intento quedó a mitad de camino. “Tengo un cagazo terrible de hacer otra transferencia y que no prenda. Triste no estoy, que sea lo que Dios quiera”, dijo cuando se enteró. Luego de unas semanas y con la misma mujer, puede volver a intentarlo.
“Las verdaderas heroínas de este planeta son las madres que están solas, con su alma y con ese amor inconmensurable por sus hijos. Todo mi amor y todo mi respeto por ellas.”
Adriana Brodsky, madrina de FUNDAMIND.