Un avance y varios retrocesos: los chicos son sujetos de derechos pero cada vez están más lejos de poder ejercerlos

Aislados de la escuela y de sus pares, millones de ellos pasando hambre y viviendo en situaciones muy precarias, los chicos atraviesan la pandemia lejos del paradigma que propuso la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, a la que Argentina adhirió hace treinta años. ¿Se puede construir una nueva normalidad sin escuchar la voz de las nuevas generaciones?

El Papa Francisco planteó en estos meses que la humanidad no podrá salir de la crisis provocada por la pandemia igual que como entró. “Saldremos peores o mejores”, vaticinó.

Si eso es así, una de las claves para salir mejores es darle a niños, niñas y adolescentes el lugar que hasta ahora no tienen. Escuchar su voz. Garantizar sus derechos.

Desde hace tres décadas, nuestro país y el resto del mundo cuentan con varios instrumentos que dan sustento a ese paradigma que toma a los chicos como sujetos de derechos.

La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CIDN) fue aprobada hace exactamente 31 años por las Naciones Unidas, que instituyó al 20 de noviembre como Día Universal del Niño.

En Argentina, la CIDN fue adoptada un año más tarde, mediante la Ley N° 23.849, y fue incorporada a la Constitución con la reforma de 1994. Otra ley nacional –la 26.601, en 2005- consolidó la Protección Integral de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. En la Ciudad, ese paso se dio ya en 1998, con la ley N°114.

Todo este andamiaje normativo cambió la óptica de cómo los Estados actuaban ante las problemáticas que afectaban a la infancia. Del modelo de patronato, donde los niños no tenían voz y eran objeto de las políticas o medidas judiciales, se pasó a otro donde estos se convirtieron en sujetos activos, con derechos propios que deben ser respetados por todos los Estados.

“Dejaron de ser objetos y su existencia fue reconocida legalmente. Las disciplinas estudiosas del ser humano dejaron de incluirlos como objetos de estudio para darles la oportunidad de ser escuchados en sus deseos y sentires. De a poco, ya no se consideraron un gasto o una inversión ni la promesa del tan mentado futuro. Empezaron a ser tenidos en cuenta en el tiempo presente, con la realidad de su pequeñez, su edad, su hambre, su creatividad lúdica, su potencial de aprendizaje, su amor y sus sueños”, subrayó Marisa Mujica, psicóloga y coordinadora sociocomunitaria de Fundamind.

Esta ONG nació en 1990, en coincidencia con la adopción nacional de la CIDN. Actualmente lleva adelante un centro de primera infancia adonde se educan, alimentan y juegan diariamente 300 niños y niñas de 45 días a 3 años.

“Para darles protagonismo en la sociedad, creamos instituciones dispuestas a proporcionarles educación integral, con educadores capaces de aprender de los más chicos. Es un aprendizaje mutuo y de asimilación de enseñanzas, a través del cual fuimos desocultando el misterio de sus silencios y nos convertimos en actores fundamentales de contención y acompañamiento para lograr el respeto de sus derechos.”

Ahora bien, ni la Convención Internacional ni las leyes nacionales o provinciales garantizan por sí solas el ejercicio de los derechos por parte de niños, niñas y adolescentes. Las cifras de pobreza, hambre e indigencia, en efecto, han aumentado escandalosamente en estas tres décadas. El acceso a la educación sigue sin ser universal. Muchos chicos siguen marginados del sistema de salud, otros viven en situaciones habitacionales muy precarias.

El año pasado, al conmemorar el trigésimo aniversario de la CIDN, recordábamos que hay todavía 262 millones de niños, niñas y adolescentes que no van a la escuela y 650 millones de niñas y adolescentes forzadas a casarse antes de cumplir 18 años, entre otros flagelos que requieren un compromiso de las autoridades de cada país y de la sociedad civil.

“Me tienen guardada en un cajón y todo lo que dice no lo han cumplido”, sentenció Kurt Ottosen, un joven de 18 años nacido en Mendoza, elegido como Embajador Americano y Niño Asesor del Comité por los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, al personificar a la Convención.

En este 2020, la pandemia puso de relieve estas y otras carencias que hoy sufren millones de chicos en nuestro país y en el mundo. Este año terminará con más del 60 por ciento de la infancia en situación de pobreza, según Unicef. Son 8,3 millones de chicos. De ellos, 2,4 quedarán hundidos en la pobreza extrema.

A las carencias materiales este año se sumó, por el aislamiento, la angustia de no poder juntarse con los pares, en escuelas, jardines y plazas. En estas circunstancias, inquieta pensar que aumente la cantidad de chicos fuera del sistema educativo, que antes de la pandemia se contaban en alrededor de 500 mil en todo el país.

Sobre este último punto trabajan ONG como FUNDAMIND, que a través de su CPI contribuye a paliar la falta de acceso de los más pequeños a las salas educativas.

A nivel mundial, ya antes de la pandemia había 356 millones de chicos –uno de cada seis- en condiciones de pobreza extrema. En otros términos, el 50% de las personas en esa situación son niños. Carolina Sánchez-Páramo, directora global de la División de Pobreza y Equidad del Banco Mundial, señaló que eso es motivo de “privación de la oportunidad de alcanzar su potencial en términos de desarrollo físico y cognitivo, y amenaza su capacidad para conseguir buenos trabajos en la edad adulta”.

Esto no significa que aquellos instrumentos normativos sean indiferentes a la hora de que las organizaciones como FUNDAMIND o los profesionales que defienden los derechos de los chicos puedan fortalecer esa protección.

Marisa cuenta que “docentes y profesionales en el CPI han enfrentado injustas y dolorosas situaciones que involucraban a los niños” y que, a la hora de reclamar a los poderes públicos, ha sido útil apelar al paradigma de protección integral de los derechos de NNyA.

El trabajo de las organizaciones de la sociedad civil siempre estuvo detrás de esta visión. En efecto, fueron ONG, junto con líderes religiosos y de otras instituciones sociales quienes trabajaron con los gobiernos para darle forma a la Convención, que es de cumplimiento obligatorio para cada país. Hasta el momento, Estados Unidos es el único que no la firmó.

Para Unicef, la CIDN es “una ley internacional que se ha convertido en el acuerdo de derechos humanos más ampliamente ratificado de la historia y ha contribuido a transformar la vida de niños de todo el mundo”. Pero advierte que “todavía no se ha logrado que todos los niños disfruten de una infancia plena” y que “todavía muchas infancias terminan antes de tiempo”.

“Es responsabilidad de nuestra generación exigir a los dirigentes de gobiernos, empresas y comunidades que cumplan sus compromisos y actúen de una vez por todas en favor de los derechos de los niños. Han de comprometerse a garantizar que cada niño disfrute de todos sus derechos.”

De acuerdo con el diagnóstico del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, “los progresos han sido desiguales y algunos países se encuentran más retrasados que otros en la obligación de dar a los derechos de la infancia la importancia que merecen”. Incluso advirtió que “algunos de los avances parecen estar en peligro de retroceso debido a las amenazas que suponen la pobreza, los conflictos armados y el VIH/SIDA”.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, valoró que con la CIDN “los derechos se han convertido en una realidad para millones de niños y niñas” pero alertó que “millones de chicos en todo el mundo sufren hambre o algún peligro, están enfermos, son víctimas de trata, de violencia sexual y matrimonio infantil”.

En definitiva, el avance que significó contar con un marco global y nacional que pusiera a los niños en un lugar de sujetos activos fue un gran avance normativo. Pero está a las claras que no alcanza para garantizar sus derechos.

Y está claro también que la pandemia actual acentuó las desigualdades. En FUNDAMIND, durante el aislamiento, entregamos más de 7400 bolsones que equivalen a 130 toneladas de alimentos a muchas familias que sufren, además, una seria crisis habitacional. Esas familias siguen haciendo enormes esfuerzos para que los chicos puedan estar conectados con el jardín, para que no les falte un plato de comida y para que sientan lo menos posible el impacto social, económico y emocional de esta situación inédita, que probablemente marcará por muchos años a estas nuevas generaciones.

Si de esta situación surge una nueva normalidad, queremos que sea con los más chicos en el centro de la escena, escuchando su voz y permitiéndoles el goce de todos sus derechos. Sólo así saldremos mejores.


ACTIVIDADES CONMEMORATIVAS

En distintas jurisdicciones se estuvieron llevando adelante actividades conmemorativas por los 30 años de la CIDN. En Entre Ríos, se desarrolló la cuarta edición de la Semana de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia, con la presencia de autoridades provinciales. Hubo charlas, conversatorios, campañas y actividades de sensibilización.

En Resistencia, Chaco, será reinaugurada la Plaza de los Derechos de la Infancia, donde también se realizará el encendido de luces azules. En Misiones, el Área de Infancia, Adolescencia y Juventud del Parque del Conocimiento convocó a los niños y niñas de toda la provincia a participar del concurso fotográfico Un Mundo donde Anidar.

La Ciudad de Buenos Aires también se sumó a la celebración y promueve la línea de consulta 102, que está abierta durante las 24 horas los 365 días del año.

“La Ciudad propicia su participación social y garantiza todas las oportunidades para su pleno desarrollo físico, psíquico, moral, espiritual y social, en condiciones de libertad, igualdad y dignidad”.
Ley de Protección Integral de los Derechos de NNyA de la CABA.

“El objetivo del Día Universal del Niño es recordar a la ciudadanía que los niños son el colectivo más vulnerable y, por tanto, el que más sufre las crisis y los problemas del mundo”.
UNICEF

“No hay causa que merezca más alta prioridad que la protección y el desarrollo del niño, de quien dependen la supervivencia, la estabilidad y el progreso de todas las naciones y, de hecho, de la civilización humana”.
Plan de Acción de la Cumbre Mundial a favor de la Infancia, 30 de septiembre de 1990.

Los 54 artículos que componen la Convención sobre los Derechos del Niño (CIDN) recogen los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos de todos los niños. Tiene 3 protocolos que la complementan: el protocolo relativo a la venta de niños y la prostitución infantil; el protocolo relativo a la participación de los niños en conflictos armados; y el protocolo relativo a un procedimiento de comunicaciones para presentar denuncias ante el Comité de los Derechos del Niño. (DESCARGAR)
HTML Snippets Powered By : XYZScripts.com